¿Por qué nuestro cerebro elige el Storytelling?

¿Por qué nuestro cerebro elige el Storytelling?

Un dicho popular dice “dime en qué historias crees y te diré quién eres”. Estamos atravesados por ellas, las relatamos y las escuchamos. Todo el tiempo estamos comunicando historias.

Esto sucede desde los orígenes del hombre y la aparición del lenguaje. La transmisión de conocimiento de generación en generación se constituyó a través del relato. Desde la pinturas rupestres, los cantos de los juglares, las narraciones orales de los indígenes, los jeroglíficos y los ejemplos podrían multiplicarse. La humanidad está atravesada por las historias.

En tiempos actuales, fueron tomando otras formas. Sin ir más lejos, las charlas TED son un fiel exponente del Storytelling, el arte de contar historias. Estos nuevos formatos implican, por un lado, una nueva relación con la audiencia, pero al mismo tiempo, rescatan la tradición que significa transmitir experiencias, hechos, vivencias.

Estudios de la Universidad de Princeton, por Usi Hasson, y de la Universidad de Yale, por John   Bargh, son categóricos: “el relato es la única manera de plantar ideas en la mente de la gente”. Cuando contamos una historia generamos empatía en quienes nos escuchan. Ello se da porque los cerebros de quien la cuenta y quien la recibe se sincronizan.

Los mismos estudios indican que si nos cuentan una historia, el cerebro pone en funcionamiento las mismas áreas que se activarían si experimentáramos lo narrado. En cambio, cuando sólo nos transmiten datos o estadísticas, nuestro cerebro pone en acción aquellas áreas que involucran al procesamiento del lenguaje.

Incluso, al oír un relato, buscamos en nuestros recuerdos un hecho similar que nos haya sucedido. Es decir, se activan los mecanismos de la empatía, y en nuestro cerebro comenzamos a relacionar las sensaciones y emociones transmitidas por quien cuenta la historia con las vividas por nosotros.

En tanto para las organizaciones -en todas sus formas- John Sadowsky y Loick Roche, en su libro Las siete reglas del Storytelling, destacan que las historias generan significado para todos sus miembros “y el hecho de compartirlas crean una dinámica extremadamente potente y determinante.” Los autores citan al escritor Nietzsche, quien ha demostrado que es a través de sus propias historias, que como grupo, una organización define su identidad, sus valores y genera el sentido de pertenencia.

Todas estas cualidades y capacidades que tiene el Storytelling para desarrollar empatía y engagement con la audiencia están siendo captadas por las empresas (más allá de su tamaño y facturación) así como por diversas instituciones.

El Storytelling se convirtió en una herramienta muy potente para darse a conocer, para comunicar una marca o un producto. La propia historia de la empresa, de sus fundadores, de su equipo de trabajo, de experiencias de clientes con la marca o con un producto se constituyen, en la actualidad, en mensajes que logran penetrar en la mente de los consumidores de manera más eficiente que la publicidad y el marketing tradicionales.

A partir de las nuevas tecnologías, el Storytelling se adapta a canales tan diversos como social media, revistas digitales, newsletters, sitios web, así como a los tradicionales como prensa, video y todos los productos impresos como revistas, libros y anuarios.

Es simple, las historias bien contadas atrapan, seducen, emocionan, empatizan y llevan a los clientes a la acción.